20/03/2017
El plan del garbancillo de Tallante compatibiliza su recuperación y protección con usos agrícolas
Temas: flora en peligro de extinción , vegetación , planificación ambiental , planes ambientales , especies protegidas

La consejera Adela Martínez-Cachá visita la población cartagenera de Tallante y destaca que la elaboración del plan "ha contado con una implicación social muy importante"

La consejera visita la pedanía de Tallante para ver las especies que se conservan tras la aprobación del Plan de Recuperación del Garbancillo de Tallante. Este enlace se abrira en una nueva ventana.
La consejera visita la pedanía de Tallante para ver las especies que se conservan tras la aprobación del Plan de Recuperación del Garbancillo de Tallante

La Consejería de Agua, Agricultura y Medio Ambiente ya trabaja en las actuaciones que contempla el Plan de Recuperación del Garbancillo de Tallante (Astragalus nitidiflorus), que aprobó el Consejo de Gobierno en febrero y que incluye una serie de directrices para compatibilizar los usos agrícolas en el ámbito territorial de esta especie. Además, contempla una serie de medidas para conservar y ampliar el hábitat del garbancillo en su ámbito actual y potencial.

La consejera Adela Martínez-Cachá visitó hoy la población cartagenera de Tallante, acompañada por vecinos, técnicos y representantes de la Universidad Politécnica de Cartagena (UPCT) y del Ayuntamiento, y valoró el trabajo conjunto desarrollado por la UPCT, la Consejería y la Asociación de Naturalistas del Sureste (ANSE) desde que en 2004 el garbancillo de Tallante fuera redescubierto. En este sentido, destacó que el plan de recuperación “ha contado con una participación social muy importante”.

“El gran esfuerzo destinado a la sensibilización y divulgación fue un gran acierto, ya que no solamente se ha centrado en la planta, sino también en el territorio y en las personas que trabajan y viven en este entorno”, dijo la consejera. La presencia del garbancillo de Tallante está ligada a terrenos de gran valor geológico, ya que aparece en enclaves volcánicos de la zona y destaca por su dependencia de un hábitat que generalmente está ligado a prácticas agrícolas tradicionales de baja intensidad.

Medidas de conservación

Entre las medidas de conservación que contempla el plan para conseguir alcanzar un tamaño de población que permita excluir a la especie de la categoría ‘en peligro de extinción’ se encuentra establecer nuevos núcleos poblacionales, al menos cuatro, en el área de distribución potencial de la especie. También contempla reforzar las subpoblaciones con un bajo número de brotes, cuando se considere una amenaza para su conservación, así como aplicar intensamente las directrices de manejo del hábitat de la especie.

Igualmente, incluye acciones de vigilancia y control de los impactos causados por la fauna, y se tendrán en cuenta los periodos graves de sequía que pudieran comprometer la supervivencia de las poblaciones, para lo cual se aportarán riegos suplementarios, tanto en las siembras como en las poblaciones originales.

Asimismo, prevé colaborar con los propietarios de los terrenos de las áreas de aplicación del plan, se promoverán convenios de gestión con entidades de custodia del territorio, titulares de derechos y propietarios en los que se localice la especie o su hábitat potencial. Además, se recolectarán y enviarán semillas al banco de germoplasma, se establecerán plantaciones ‘ex situ’, se realizarán labores de eliminación de especies exóticas y se instalará cartelería, como seguimiento biológico y demográfico de la especie.

El plan se desarrollará mediante un programa de actuación inicialmente de cinco años, pudiendo revisarse en función de la evaluación periódica de su efectividad en el logro de los objetivos. Además, cada medida de conservación se evaluará al finalizar su vigencia.

Descubrimiento de la especie

El garbancillo de Tallante se describió para la ciencia en 1910, cuando se descubrió “en algún lugar de Cartagena”, según anotaron los botánicos de la época, y, tras casi un siglo sin tener datos sobre él, se redescubrió en 2004 en el Cordel de Perín, entre las localidades de Tallante y Los Puertos de Santa Bárbara.

La Consejería, en colaboración con investigadores de la Universidad de Murcia, realizaron las primeras prospecciones en Los Pérez Bajos y en el Cabezo Negro de Tallante, localizándose 46 individuos. A partir de 2005 se localizaron más y comenzó la colaboración con el Departamento de Producción Vegetal de la UPCT, que comenzó sus primeras investigaciones. Además, se iniciaron los primeros trabajos de divulgación, en el marco de un convenio con ANSE.

En 2012, el avance de los trabajos, la importancia de la especie y el novedoso planteamiento de la propuesta fueron determinantes para que la Comisión Europea concediera el proyecto LIFE ‘Conservación de Astragalus nitidiflorus en su hábitat potencial en la Región de Murcia’, que finalizó recientemente y ha servido para impulsar el plan de recuperación.

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