Cerdá destacó que “la Consejería inició hace dos años la renovación y mejora de este tipo de infraestructuras para dotarlas de lo necesario”. En este sentido apuntó que “los trabajadores que realizan labores de vigilancia tienen que soportar fuertes insolaciones diurnas y también bajas temperaturas nocturnas, en enclaves elevados de la orografía regional, por lo que los puestos de vigilancia deben estar bien acondicionados”.

El consejero apuntó asimismo que la primera fase de esta renovación se inició “en aquellas infraestructuras que reunían peores condiciones”, tales como la Serrata del Puerto (Calasparra), Sierra de las Herrerías (Mazarrón), El Turullón (Alhama de Murcia), Los Cuadros (Murcia) y la recién inaugurada de El Cerrillar. Todo ello ha supuesto una inversión de 747.600 euros.

Los puestos de vigilancia fija para la prevención de incendios forestales son estructuras de dos y tres plantas, con una altura de 9,5 metros sobre el nivel del suelo, que posibilitan una visión sobre el horizonte predominante. Cuentan con una torreta de observación libre de obstáculos en 360º, aseo, dependencias para descanso y almacén.

Red de vigilancia fija

La Consejería pondrá en marcha, el próximo 1 de abril, la Red de Vigilancia Fija contra incendios forestales en la Región, coincidiendo con el inicio de la época de peligro medio establecida en el Plan INFOMUR, al que contribuye esta Consejería con el grueso de efectivos de detección y extinción.

Cerdá destacó que “existen unos 20 puestos de vigilancia fijos ubicados en puntos estratégicos desde los que se domina hasta el 90 por ciento de la superficie regional con una visibilidad alta”. Dichos puestos, denominados ‘malla ECO’, estarán activos hasta el 15 de octubre, atendidos por tres personas cada uno, con horario de 8 a 24 horas, en dos turnos de trabajo.

El consejero señaló que al inicio de la campaña contra incendios “todos los trabajadores que se incorporan como vigilantes reciben formación sobre prevención de riesgos laborales, comunicaciones, detección de humos y cartografía, entre otros aspectos”.

Los vigilantes calculan el índice de riesgo de incendio a través de los datos facilitados por las estaciones meteorológicas digitales. Asimismo, detectan humos con ayuda de prismáticos direccionales que incorporan una brújula para facilitar su localización. Este año contarán, además, con cartografía de la zona para que puedan ofrecer mayor información.

Cuando se detecta y localiza un incendio se transmite al Centro de Coordinación Operativo (CECOP) a través del sistema de radiocomunicaciones implantado el pasado año con la red TETRA (Terrestrial Trunked Radio). En 2010 la ‘malla ECO’ detectó buena parte de los 139 incendios forestales que afectaron a la Región, tales como los del entorno de la Sierra del Molino y El Puerto, en el término municipal de Calasparra.