El ejemplar ingresó en el Centro de Recuperación de Fauna Silvestre “El Valle” el pasado 30 de marzo, tras un aviso de un particular que desde Mazarrón avisaba de la existencia de la misma, enredada en una red de almadraba y en un sedal de palangre. El personal de recogidas del Centro se traslado hasta allí y la guardia civil le entregó el animal al que ya se le habían retirado las redes y los sedales, siendo trasladado hasta las instalaciones de dicho Centro.

En la exploración clínica se observó que el animal presentaba las cuatro extremidades en buen estado, sin heridas,  pero tenía rozaduras en el plastrón. Además en la mitad posterior del caparazón habían gran cantidad de algas vivas con microfauna, y numerosos parásitos no patógenos adheridos a la superficie del animal en aletas.

Se le realizó un análisis que aportó buenos resultados, ya que no mostraba daños en los órganos vitales, ni anemia ni infecciones, pero revelaba deshidratación y que el animal estaba usando sus reservas energéticas.

El animal, diagnosticado con traumatismo leve, deshidratación, inanición y fatiga, comenzó a recuperarse en una cuba de agua dulce para su hidratación y para la eliminación de los epibiontes. Posteriormente se trasladó a una cuba de agua salada y a los cinco días de llegar al Centro comenzó a alimentarse por si misma. Su buena flotabilidad y movimientos correctos ha permitido ponerla nuevamente y recuperada en libertad, tras su marcaje mediante microchip identificativo.

Especie cosmopolita

La tortuga boba (Caretta caretta) es una tortuga marina que puede alcanzar los 120 cm de caparazón y llegar a pesar 200 kg, que tiene una gran cabeza con pico y un cuello muy robusto. Es una especie cosmopolita que presenta distribución mundial, siendo el litoral ibérico un importante punto de alimentación de los juveniles. Su hábitat normal es el mar abierto, aunque no deja de ser frecuente también en zonas costeras. Se alimenta de crustáceos, moluscos, equinodermos, medusas y peces lentos, por lo que es frecuente encontrarlas próximas a los barcos de pesca comiendo los descartes de éstos.

Sus mayores amenazas son la pérdida o el deterioro de su hábitat, las capturas accidentales y la contaminación y acumulación de residuos sólidos como plásticos que las tortugas pueden ingerir al confundirlos con alimento.

Según el Catálogo Español de Especies Amenazadas es una especie catalogada de interés especial, aunque esta catalogación está pendiente de la adaptación a la Ley 42/2007, de Patrimonio Natural y de la Biodiversidad.