13/06/2016
Medio Ambiente restaura el Pozo de la Nieve del parque regional Sierra del Carche
Temas: áreas protegidas , parque regional , cultura ambiental , conservación de la naturaleza
Los objetivos del proyecto son mejorar la accesibilidad, garantizar la perdurabilidad de la edificación, así como la seguridad del visitante mediante la protección de huecos y la creación de pasarelas-balcón
Pozo de la nieve de El Carche. Este enlace se abrira en una nueva ventana.
Pozo de la nieve de El Carche

La Consejería de Agua, Agricultura y Medio Ambiente acometerá próximamente la restauración del Pozo de la Nieve de la Sierra del Carche y adecuación del entorno, para poner en valor los recursos culturales de este parque regional, declarado, además, Lugar de Interés Comunitario. En la actualidad esta edificación se encuentra en estado de ruina, aunque conserva buena parte de su estructura principal.

Los objetivos del proyecto son mejorar la accesibilidad y garantizar la perdurabilidad de la edificación y la seguridad del visitante, para ello se procederá a la protección de huecos y la creación de pasarelas-balcón. La restauración se realizará respetando las mismas técnicas y materiales con las que se realizó su construcción original, tal y como recomienda la Dirección General de Bienes Culturales.

El pozo representa un vestigio histórico y cultural de incalculable valor dentro del patrimonio de la Región, que se ubica en un entorno con altos valores medioambientales y paisajísticos. Construido con piedra y argamasa, es de forma cilíndrica y está resguardado con dos contrafuertes y un anillo de piedras que lo rodean a la altura del aterrazamiento. La parte superior tiene forma cónica y forma un conjunto de irregulares proporciones.

La pieza tiene una altura exterior de 4 metros y una profundidad de 12 metros. Las paredes tienen más de un metro de espesor en el arranque y están culminadas con una piedra a modo de clave, trabada con argamasa. Cuenta con tres puertas de carga y originariamente tuvo un forro de vigas de madera, cuadradas y redondas, que cubrieron toda la cúpula por el interior, sirviendo de refuerzo y también de protección contra el calor.

La ausencia de operaciones de mantenimiento y los fenómenos climatológicos y ambientales han ocasionado la pérdida de masa y de revestimientos originales. A consecuencia de ello se han generado filtraciones de agua a través de la parte superior de la edificación, que unidas al sobrepeso por depósitos de nieve han generado el desplome parcial de la cúpula.

Motor de la economía

Los pozos de nieve fueron centros de referencia de un comercio que ejerció de motor de buena parte de la economía murciana durante los siglos XVII y XVIII. La Región cuenta con más de una treintena de estas singulares construcciones, que hoy en día se encuentran abandonadas.

Estos guardan un gran parecido en cuanto a formas y materiales utilizados para su construcción. La planta circular, de unos 12 metros de diámetro, era la más empleada y los materiales que primaban eran los típicos de la arquitectura popular: ladrillo, piedra, madera, yeso y argamasa, entre otros.

La parte superior solía terminar en forma cónica o cilíndrica, y en muchas ocasiones era rematada con material vegetal con la intención de mantener las bajas temperaturas el máximo tiempo posible. Para asegurar la solidez de la estructura se solían añadir dos o más contrafuertes. Además, disponían de dos o tres puertas para que los peones cargaran la nieve.

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